Thursday, February 28, 2008

Plenitud impura - 9 de 15: Hidra a finales del siglo XX

HIDRA A FINALES DEL SIGLO XX


Guarda fuego la bigota férrea, guardesa tiesa y forestal
de mis pechos aferrados a las ardientes calceses de los palos
astillados.
Herbario de las lenguas, Hospicio "Sol y Luna" de las Putas, os doy
la honra
y el amparo de mi mente infecta, de las carnes que se abren y se
conjugan
con el verbo sentir, la transparencia mas oscura del deseo.
Soy la Puta de Dios y la fiel Esposa del Diablo, la gheisa de un
buda
castrado, la más viciosa en el serrallo de Mahoma, mis mejillas han sido batidas, tocadas, esparcidas por lechos y desde la boca
excitadas,
bañadas y pulsadas como instrumentos de carne de viento.


Sin daño de la sal de mi sexo, se guarecen en mí, animales
como hombres y como angeles las bestias que pastan de la respiracion
de mis bragas.
Con el café que ofendo al beber y el hermoso lago donde no se refleja
el caballo que a pelo monté de niña, hice juramento de mi piel
como si yo fuera un cráter de dieciocho manantiales,
un yacimiento de fresas dominadas por el hermano del tentáculo mas
duro.
La guarrería de la vida perfume mi cuarto de monstruo del Lago
donde el caballo, el monje y el guerrero perdieron sus pollas.


Cuando me vendo como algodón en rama para rellenos,
estoy sin fuego en el cigarro de mi boca, a orillas de mi deseo
sin extensión ni límites, acodada en la barra de un bar.
Me alimento de las deposiciones de los hombres, el mismo hombre
es una secrección de ningún dios, la misma muerte de todo hombre
y en mi creen. Imagino las románticas groserías de pollas en mi
melena,
pollas entre mis muslos, me follan hasta que olvido al Ultimo Hombre,
pollas únicas en tejidos, armadas en cemento, pollas que me creen
modelo o diosa
y no saben que soy un monstruo del Lago de Lerna, que en la antigüedad
asolé cosechas y asesiné el ganado y que mi aliento mata, y que
a un hombre volví loco chupándosela con las siete bocas de mis siete
cabezas.





Monday, February 25, 2008

Plenitud impura - 8 de 15: Los hombres atrapados por sus huchas

LOS HOMBRES ATRAPADOS POR SUS HUCHAS


Aquí, esta idea de beso que jamás resucita en mi boca,
mientras cae la ceniza del cerebro consumido en la quemada de
mis labios,
por el beso que llevo dentro goteando sus dudas como alcohólicas
de esta vida,
que dicen dejarla y una y otra y una y otra vez vuelven
reptando a probarla.


Cada una de mis palabras resuena sin vida,
como mis tacones por la calle vacía.




Ya es oficial

Sergio Algora, sobre este blog:
"Por mi, encantado de que lo dejes en la red".


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