Thursday, May 24, 2007

Plenitud impura - 6 de 15: Lesbos

LESBOS

("...y entregando al Olvido nuestras sábanas
sin prohibición alguna yaceremos."
Percy B. Shelley)
La dama del telescopio está enamorada de la chica tartamuda
y abunda en manjares la punta de navaja sobre gemidos más altos
que el cielo.


No sé lo que es un lurjo, me suena a pajaros dos noches en
el sexo
no acepto el miedo en este beso, se come por la noche el rojo
de la sandía
como miel y la miel con crueles besos para el rumor de medias
y la mujer dice, no admito nervios que son cejas heladas
y uña escarchada
cruel con mieles y poca luz se deshiela como un Fantasma en
los besos
sobre el pelo de arriba abajo pringue como miel en los dedos
sin saber en que carne se inyecta un lurjo, dos pajeros una
noche en el sexo
y la mujer, dame un gran beso, dame otro aquí y dime siempre
en le cama un cabecero de bronce y crujidos de muelles en
el casette
un sabor a nueces en gotas de sudor que se estrechan como
desconocidas manos
sabe a gasa que reja la punta de carbón al rojo de senos
no me gusta como me mira el portero, dice la más joven y bella.


Y la chica de cabeza rapada, se quita la corbata, se baja
los pantalones
y se ajuste un cinto que blanda un gran pene de cuero negro.


Plenitud impura - 5 de 15: Radioterapia de la hembra que no soy

RADIOTERAPIA DE LA HEMBRA QUE NO SOY

("-Deseo-continuó el misterioso caballero-
poner en sus manos una prueba de mi riqueza,
y la seguridad de que seré generoso con
su sobrina."
J.Sheridan Le Famu)

Las mujeres viven cuando sienten que su pelaje es imán o lienzo
en el pecho
bajo el cual el pulmón se hincha por los dos propios puños
del viento.
Las mujeres viven cuando se sienten desnudas preparando los
gallos para la pelea
aunque estén solas y altivas en una cafetería del centro.
¿Quién no ha soñado con abrir las postradas muñecas de una
mujer triste
mientras se le habla lentamente de amor y el espolón quema
tanta sangre?
Yo he visto esposas aburridas ordenar sacerdotalmente
la piel de su joven amante mediante un beso en la diminuta
hostia
de un oscuro y cálido lunar. Mujeres diabólicas, mujeres
encadenadas,
violent femmes sellando manuscritos en la pelvis
con el glasé del aliento.
Las mujeres viven sin recompensa en un mundo de falsos
astrónomos
y príncipes subnormales.-¿Qué haremos esta tarde?-
preguntan a sus parejas
y éstas se suicidan al deshacerse la tarde sin saber amarlas.
Sólo aquellas mujeres que merecen ser amadas intensamente
y hasta el final
rechazan el brindis venenoso que ofrece el tiempo
y cuando el maxilar es perfecto y el poro musite plata,
lo besan durante siglo y medio ladeando un poco la cabeza.
Cuando las mujeres sienten viven con más margen que los hombres
y saben que la vaina externa se pudre, que la vibriza muere,
que el pelo cae, que el feto crece y crece, que en un bosque
de cerdas
y púas se convierten los muslos,
que como pampa llorosa queda la piel y árido y lúgubre
perece en la boca, el propio nombre del amor.
Mi cuerpo ungido por una mujer que me riega con su palabra
de densa niebla, mi cuerpo de frondosos deseos
no puede olvidar que siente no vivir jamás,
lo que siente cuando vive una mujer que merece ser amada
por completo y hasta el final.